Parece que no apreciamos mucho el sentido de la belleza en la sociedad actual. Buscamos la integración de padres y jugadores, la eficacia de unas estructuras, la autenticidad en el juego y fomentamos el orgullo por la pertenencia a un equipo. Los partidos y torneos son cada vez más emocionantes y vibrantes, pero es una queja repetida, sobre todo por parte de personas sensibles y amantes de lo bello (léase el General Capilla), que descuidamos el valor estético de la vestimenta, desmereciendo el conjunto visual de nuestros ritos y ambientes celebrativos.
¿Es la estética un aspecto superfluo y periférico a nuestra vida?, ¿se puede afirmar que la estética ayuda en verdad a jugar mejor?; ¿coadyuva llevar metida la camiseta por dentro del pantalón a ganar partidos?. ¿Debemos dar valor a cuestiones estéticas?: Nadie puede negar que la estética es importante y cumple una misión. Por ejemplo, nunca falta el grito de ánimo “MON-TE-CAR-LO” que todos los jugadores pronuncian con orgullo juntando sus manos antes de iniciar los partidos, formando un círculo mágico y vibrante. Y sin embargo... ¿por qué descuidamos la estética en la vestimenta?. Estoy seguro que ningún padre permitiría que en una celebración importante (una boda, una comunión, una entrega de premios) su hijo acudiese con la camisa sucia o con la cremallera del pantalón bajada y la bragueta abierta. El fútbol es una celebración muy importante, en la que se aspira a la comunión entre jugadores y público. Sin embargo, sábado tras sábado, asistimos a la pasividad de los padres y a la indolencia de los hijos en el vestir, desmereciendo el escudo del Club Montecarlo y los valores que representa.
Sabemos que la belleza no nace de lo externo, sino de dentro, de la verdad, de la bondad y calidad que tienen una acción o una persona. Por eso, cuesta ver la bondad en quien, con dejadez manifiesta, viste con indolencia, despreciando el uniforme que afirma defender.
Dostoievski dijo que “la belleza salvará al mundo”. Un jugador comprometido, orgulloso de pertenecer a la U.D. Montecarlo, debe recuperar la dimensión estética de la vida, debe experimentar emoción al enfundarse la camiseta. El esfuerzo, el trabajo y la dedicación son medio para conseguir los triunfos y las victorias, y no deben lograrse con maltrato del uniforme que se defiende.
Sin respeto al uniforme se pierde el compromiso con los demás compañeros y se diluye el orgullo, aflorando los egoísmos particulares.
Llevar la camiseta por dentro y vestir con pulcritud no es cuestión baladí. Llevar la camiseta por dentro es armonía, proporción y orden. Santo Tomás de Aquino dijo: “pulcra dicuntur quae visa placent” (lo bello es lo que visto agrada). Si Platón llamó a la belleza “esplendor de la verdad”, San Agustín fue más allá, y la definió como “esplendor del orden”.
La camiseta por dentro del pantalón es la manifestación sutil y atractiva de la belleza, del orden, de la verdad y de la armonía.
Nunca seremos un verdadero equipo, nunca existirá verdadero orden, mientras sigamos vulnerando las más elementales normas de la pulcritud y estética, porque el fútbol, con su simbolismo y sus ritos, con su lenguaje de formas y colores, es una forma de disfrutar de la belleza.
¿Un miembro del equipo con la camiseta fuera del pantalón y vistiendo de forma desastrada es un buen jugador?: Para conocer la respuesta tal vez sea necesario recordar que la palabra bíblica y griega para designar “lo bueno” es la misma que define “lo hermoso” (“kalos”). Cuando Dios, en el Génesis, “vió que todo era muy bueno”, estaba viendo que “todo era muy bello”.
La camiseta por dentro del pantalón, produce en nosotros toda una serie de beneficios tanto en el plano humano como en el ritual-celebrativo. Un equipo que aspira a la comunión de todos sus miembros y a la excelencia de su juego, debe mostrar uniformidad: todos juntos, todos iguales, todos unidos. Todos vestidos con orgullo.
Además, la pulcritud en el vestir da a nuestra existencia una dimensión más optimista. No olvidemos nunca que la belleza es el fruto que resiste a la usura del tiempo. Es la belleza (la belleza del fútbol), la que une a tres generaciones, abuelos, padres e hijos, y nos reúne cada sábado para saborearla.
Por ello, porque no debemos tolerar la falta de belleza, no debemos tolerar la fealdad en el vestir.
La camiseta por dentro del pantalón, siempre.
Hago un llamamiento público para no tolerar el descuido ni la dejadez, para no tolerar la falta de respeto al escudo de la Unión Deportiva Montecarlo y a los valores que representa, y reclamo vuestra firma y vuestro compromiso. Así somos, vamos rojos.
Gracias General Capilla. MªJosé
ResponderEliminarinteresante articulo :)
ResponderEliminarPor cierto, y de buenas formas: que alguien le diga a cierto jugador (creo que todos sabemos a quien me refiero) que debe soltar el balon, que el futbol de verdad y el que jugara de mayor trato de jugar en equipo, un saludo, corrijamoslo!
Tiras la piedra y escondes la mano. No me parece justo que lances aunque sea de buen rollo esa "china" escondido en el anonimato.
ResponderEliminarEsta semana César Luis Menotti ha valorado y calificado el trabajo de nuestros muchachos en el último partido, entiendo que de la manera más subjetiva y constructiva posible.
¿Por qué no haces lo mismo? ¿por qué no valoras y calificas a todos los miembros o si lo consideras necesario sólo a ese jugador, del que no mencionas nombre?
Se puede enjuiciar para tratar de corregir sin perder las buenas formas e intentando ser lo más justo posible dentro de la subjetividad con la que se juzga o también se puede seguir el teorema bonasera "considerando la calificación como la manifestación de un proceso previo, el de la evaluación, siendo su madre y sin disponer de los elementos necesarios para ser imparcial, como lo que se le supone a cada jugador, los objetivos del entrenador para cada uno, por su posición y en el equipo, la planificación del juego para el partido, la estrategia de equipo, las instrucciones recibidas por los jugadores, la trazabilidad de los movimientos,… sumado al tiempo de presencia de juego, la estrategia del oponente, las intervenciones del árbitro, etc, "
Bueno pues eso ... juzga, evalua, valora, califica ... lo que quieras pero razonada y razonablemente
... y de buen rollo ... y como bien dices sin perder las formas ... aunque sea en el anonimato, si bien agracederíamos cuando menos te identificaras con un nick
ResponderEliminarPor cierto y al margen de esta polémica entre comillas, esta semana vamos a hacer una conjura con el entrenador para que todos los jugadores salgan al campo con las camisetas por dentro, las medias subidas etc...
ResponderEliminarAl fin Miguel, asesorado por el General Capilla, y con los mismos argumentos o por lo menos del mismo peso con los que la semana pasada nos convenció Escarlata O´Hara -autora del teorema Bonasera- nos ha convencido de la importancia de la estética en el mundo del fútbol.
Ya en preparación el tema y propuesta para la próxima semana: "CON LA CARA LAVADA Y RECIÉN "PEINAO". (ELOGIO DE LA HIGIENE).
ResponderEliminarMiguel vuelves a reafirmarte como el gran crack que eres.Un futbolista es mas FUTBOLISTA,no digo mejor jugador si es elegante sobre el cesped;bien vestidos,como ya se ha mencionado,botas bien limpias y a poder ser negras,balon pegado al pie,cabeza bien alta....Os imaginais algran"D10S" Diego Armando Maradona en el mitico Estadio Azteca burlando ingleses con la camiseta por fuera y con botas amarillas? ahh si hicierais mas caso al "General Capilla"!Saludos de Javi Clemente
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